domingo, 22 de diciembre de 2013

Reseña literaria de Javier Úbeda Ibáñez


El anarquista que se llamaba como yo
 Autor: Pablo Martín Sánchez
Editorial: Acantilado
Barcelona 2012
Género: Novela
ISBN: 978-84-15689-18-8
Depósito Legal: B. 31 492-2012
Nº Páginas: 614

Sorprende comprobar tanto buen hacer en un autor relativamente joven (35 años) y más en la que es hasta ahora su primera novela, ya que con anterioridad solo había publicado un libro de relatos (Fricciones, EDA,  2011).

Pablo Martín Sánchez nace en 1977 cerca de Reus (Tarragona). Y a poco que indaguemos en su vida nos damos cuenta de que siempre ha estado ligado al mundo editorial (pese a que también hiciera sus incursiones como atleta o actor). De hecho, ha trabajado como lector, corrector, traductor y librero. Y su formación es totalmente literaria: Graduado superior en Arte Dramático, doctor en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y con un Master en su haber en Humanidades. Además, fue fundador de la revista Verbigracia, redactor en la revista digital La Siega y colaborador habitual en la revista Rinconete (del Centro Virtual Cervantes). Y como anécdota pasó un año completo de su vida en París, siguiendo los pasos de su admirado escritor Georges Perec. Por todo ello, podemos considerar a Pablo Martín Sánchez un joven de formación humanista, con un amplio bagaje cultural a sus espaldas, lo que explica que esta novela, de corte histórico, publicada por primera vez en noviembre del año pasado (o sea en noviembre de 2012), en Acantilado, vaya ya por su tercera edición.

Y por si no fuera suficiente con lo anterior la avala una sólida editorial. Acantilado nació en 1999 gracias al profesor de literatura de la Universidad Pompeu Fabra, Jaume Vallcorba (que acumulaba tras de sí veinte años en la editorial catalana Quaderns Crema), quien enseguida inició la publicación de obras imprescindibles de la literatura como Memorias de Ultratumba de Chateaubriand o Las Conversaciones con Goethe de Eckermann o Los ensayos de Montaigne.

Así que no es tan extraño que esta novela haya recibido ya un premio, el premio a la mejor ópera prima 2012, otorgado por la revista El Cultural. Y es que son, además, muchos los factores que han influido en ello.

Por ejemplo, este libro posee una cuidada estructura. Consta de un prólogo en el que se nos cuenta que la historia se creó a partir de una coincidencia onomástica, ya que al autor se le ocurrió un día teclear su nombre completo en el Google y entonces se dio cuenta de que había habido un militante anarquista vasco con su mismo nombre, el cual había participado en una incursión revolucionaria (en 1924), gestada en París por los exiliados españoles, promovida a fin de derrocar a Primo de Rivera, pero que al final fracasó. En aquellos sucesos de Vera murieron dos guardias civiles y algún rebelde y terminó con el apresamiento de la mayor parte de los insurrectos y la condena a muerte de tres de los inculpados, uno de ellos era Pablo Martín Sánchez y los otros dos: Julián Santillán Rodríguez y Enrique Gil Galar, no obstante, Pablo nunca llegó a pisar el patíbulo porque justo antes de ser ejecutado se precipitó por una ventana al vacío.

Luego viene el cuerpo central de la historia que se divide en tres partes y, finalmente, cerrarán el libro el epílogo que (junto al prólogo y la adenda) volverá a sorprendernos. Y es que el escritor habla en todos ellos con un lenguaje muy directo y confidencial, haciéndonos partícipes de sus dudas y de sus esfuerzos a la hora de realizar este trabajo. Y, concretamente, en la adenda aprovecha incluso para advertirnos de que el final de la historia podría haber sido otro al recogido por la versión oficial.

Otro gran acierto es que la historia esté contada a dos tiempos, ya que este hecho la dotará de un gran dinamismo y agilidad. Ya desde el principio se alternan siempre y hasta el final dos historias (que en realidad son diferentes momentos de la misma). Los capítulos más históricos o de trama tienen numeración arábiga y suelen ir precedidos por unas entradillas que son citas textuales, extraídas de diarios o textos de la época, lo que otorga mayor verosimilitud en general a todos los hechos que aquí se recogen, y los capítulos de biografía tienen numeración romana y son más personales correspondiéndose con la infancia, adolescencia o juventud del protagonista.

En cuanto al tema, arranca el libro con la historia principal, que es la que da comienzo en 1924 cuando Pablo tiene 25 años y se encuentra trabajando en la imprenta La Fraternelle de París. Hasta allí se desplaza su amigo, Robinsón, para convencerle de que participe activamente en una conspiración que se está fraguando para derrocar al general Primo de Rivera. Pese a que Pablo se muestre al principio reticente, acabará participando en los sucesos de Vera de Bidasoa (Navarra), junto a otros compañeros, como Robinsón, que terminarán con una condena a muerte para él y otros dos de sus compañeros. Y en la otra parte de la línea argumental que corre paralela se nos narran los orígenes de su familia y el nacimiento del protagonista en 1890 en Baracaldo, además de su infancia, adolescencia y juventud, como decíamos antes.

Pero lo mejor de todo va llegando conforme va acercándose el final del libro cuando ambas líneas argumentales convergen en el último capítulo. Y es que estamos llegando a uno de los puntos culminantes de libro y se llegan incluso a repetir párrafos enteros, lo que contribuye a acentuar más si cabe ese dramatismo final.

Es un hecho encomiable que el escritor Pablo Martín a partir de un personaje casi desconocido ha dado vida a toda una historia. Lo más fascinante es el despliegue de datos históricos que ha sabido manejar. Y es que detrás de este libro se esconde una ardua labor de investigación que duró casi cinco años. Una de las primeras cosas que hizo fue consultar el Diccionario Internacional de Militantes Anarquistas, pero aún no había llegado a la letra que andaba buscando, por otro lado, consultó los diarios de la época en la Biblioteca Nacional y viajó a Vera de Bidasoa y a París, y leyó con atención La familia de Errotacho de Pío Baroja que se hacía eco de los sucesos de Vera y donde aparecían ya Pablo y Robinsón, y visitó una residencia de ancianos en Durango a la sobrina de Pablo Martín Sánchez, todo ello en busca de la información necesaria para sentar las bases reales de este libro.

La acción principal transcurre en el París de los años veinte porque París en esos momentos era un hervidero de exiliados, sobre todo españoles. Gracias a este retrato de época, asistimos a los pilares y posterior desarrollo del movimiento anarquista y no solo en España sino también en Francia, EE.UU. y Argentina:

“(…) París es ahora mismo el epicentro del anarquismo español, pero también había gran número de comunistas, de republicanos y de catalanistas, de sindicalistas y de intelectuales, incluso de prófugos y de desertores; en definitiva, de todos aquellos que por un motivo u otro han tenido que refugiarse en Francia, huyendo de las palizas y las torturas de la Guardia Civil española. No faltaron algunas de las grandes figuras políticas del momento, como Marcelino Domingo o Francesc Macià; o incluso Rodrigo Soriano (…)” (Pág.  21).


Pero, no será este el único paisaje, sino que serán muchos y muy variados los escenarios que desfilarán por estas páginas, reflejando momentos capitales del devenir de las primeras décadas del siglo veinte, en España y en el resto del mundo, con el nacimiento del cine de los hermanos Lumière; el movimiento anarquista en París o Buenos Aires; la vida de intelectuales de renombre como José Ortega y Gasset, Unamuno o el propio Blasco Ibáñez, exiliados en Francia; la Semana Trágica de Barcelona; la batalla de Verdún durante la I Guerra Mundial (en la que nuestro protagonista trabajó como corresponsal); la guerra de estado; la olimpiada, y otros escenarios menos importantes pero que aportan su granito de arena a la hora de dotar de colorido costumbrista a toda la novela como son Béjar, Salamanca, Baracaldo y Vera.

Los personajes son otro elemento importantísimo de esta obra porque están muy bien construidos. Uno de los mejor logrados es Robinsón (es a través de él, su mejor amigo, que conoceremos mejor a Pablo). Además, lo encontraremos al igual que a Pablo en ambas líneas argumentales, de hecho, de estos dos personajes acabaremos sabiéndolo prácticamente casi todo, que Robinsón es vegetariano, que le gusta llevar el pelo largo, que le gustan los perros y es naturista. Y de Pablo que no lloraba casi de pequeño o al menos eso decían, que aprendió a hablar tarde, que no podía oler nada (porque padecía anosmia), que tenía el corazón en el lado derecho en vez de en el izquierdo (situs inversus), que su primer y gran amor fue Ángela. Y todos y cada uno de estos detalles nos los hará sentir como cercanos y entrañables.

El siguiente fragmento es una buena muestra de cómo cada uno de estos detalles por insignificante que sea cumple su cometido, en este caso, adelantarnos que era diferente al resto, que era valiente, que era poco o nada creyente, etc.

“Ya al día siguiente, sin tiempo que perder, Pablo Martín Sánchez era bautizado en la iglesia de San Vicente Mártir, la misma donde sus padres se habían casado nueve meses antes. Y tampoco le dio por llorar esta vez, ni siquiera cuando el joven párroco don Ignacio Beláustegui le echó en la cabeza el agua purificadora, acompañando el gesto de tres inoportunos y sustanciosos estornudos que vinieron a consolidar la ceremonia bautismal” (Págs. 32 y 33).


Por otra parte, resulta interesante comprobar cómo el autor ha sabido plasmar los dos tipos de revolucionarios que existían en la época, los de pistola y acción como pueden ser Francisco Ascaso y Buenaventura Durruti y los de discurso y salón como eran más bien Ortega y Gasset y Vicente Blasco Ibáñez, y también las diferencias y suspicacias que existían entre los dos grupos.

En realidad, son muchos los personajes y actúan como una especie de mosaico para recrear toda una época y nuestro autor lo hace con gran acierto consiguiendo a la vez una mezcla entre novela histórica (ya que, por una parte, es muy rigurosa y fiel a los hechos) y novela de aventuras (ya que los huecos históricos son complementados por las historias humanas, que al fin y al cabo son quizá las más importantes y con las que al final nos quedamos todos).

Y a medida que vamos avanzando en nuestra lectura, nuestro interés como lectores va in crescendo, ya que vamos conociendo mejor a los personajes y a los hechos en los que estuvieron involucrados, por lo que vamos implicándonos nosotros también cada vez más en los acontecimientos y en sus destinos, además, todo nos llega a través de un lenguaje sencillo, fluido y de una alta calidad literaria. Y es en los momentos más emotivos cuando el lenguaje alcanza su mayor esplendor. Es sobre todo cuando se enlazan las dos historias, porque han llegado al mismo punto y tenemos próximo el dramático final, cuando tenemos el lenguaje más poético:

“—Disculpe —paró un anciano que pasaba por la calle—, ¿podría decirme la hora?
El hombre le miró a través de unos gruesos anteojos y se limitó a decir, antes de continuar su camino:
—Ahí en el fondo del reloj está la muerte. Pero no tenga miedo, joven.
Entonces sonó un trueno y comenzó a llover a gritos todo el cielo” (Pág. 561).


O tan solo unas páginas más adelante tenemos este otro fragmento de increíble belleza:

“Era un domingo lluvioso y triste, de esos domingos que parecen estar hechos para los suicidas y los sepultureros” (Pág. 568).


Por último, esta novela nos recuerda a las grandes novelas de otros tiempos, de hecho, no le falta ninguno de los ingredientes de las grandes novelas realistas y naturalistas de la segunda mitad del siglo XIX, tenemos una novela muy extensa, como aquellas, de seiscientas y pico páginas, un amor imposible y folletinesco con duelo y todo incluido, una infancia y una juventud bastante duras del protagonista, guerras, revueltas, luchas de los sindicatos por mejorar las condiciones laborales de los trabajadores… Y el narrador es, como también solía ocurrir en aquellas grandes novelas, un narrador omnisciente.

Con todos estos ingredientes: emoción, suspense, intriga, guerra, amor… y un estilo narrativo claro, sencillo y conciso, la novela tiene la virtud de ir conquistando, poco a poco, al lector. Una obra que nos sorprenderá sobremanera porque parece casi salida de otra época en algunos aspectos y de esta, por supuesto, en otros muchos. Y lo más importante y destacable es que consigue a todas luces dos objetivos fundamentales en cualquier escrito: entretenernos y emocionarnos.







Javier Úbeda Ibáñez, escritor, crítico literario y miembro del proyecto REMES (Red Mundial de Escritores en Español).

Nació en Jatiel (Teruel), en 1952. Y reside actualmente en la ciudad de Zaragoza.

Es autor del conocido libro de relatos breves y poemas Senderos de palabras (Pasionporloslibros. Valencia, 2011) y de los cuentos Daniel no quiere hacerse mayor (Pasionporloslibros. Valencia, 2011) y La Elegida (Pasionporloslibros. Valencia, 2012).

Ha publicado numerosos artículos de opinión tanto en prensa digital como en prensa escrita. Algunos de los títulos más significativos han sido: “La educación: significado y objetivos”; “Paternidad responsable y responsabilidad educativa”; “La función educativa del Estado”; “La valoración del conformismo ambiental”; “Reflexiones sobre la democracia”; “Libertad y responsabilidad en la información”; “La iniciativa privada” o “Reflexiones sobre la libertad”.

Además, es autor de numerosas reseñas literarias, relatos cortos y poemas, que han ido viendo la luz en importantes revistas de España como Almiar, Ariadna-RC, Culturamas, Fábula (de la Universidad de La Rioja), Horizonte de letras, La Sombra (de lo que fuimos), LetrasTRL, Literaturas.com, Luke, Magazine Siglo XXI, Narrador, Narrativas, Palabras Diversas o Pluma y Tintero… y también en revistas del extranjero como Gaceta Virtual, Letras en el andén, Literarte, Poeta (todas ellas de Argentina) o Cinosargo (Chile), La ira de Morfeo (Chile, Argentina y Brasil), Letralia (Venezuela), Letras Uruguay o Palabras (ambas de Uruguay), entre otras muchas.





miércoles, 4 de diciembre de 2013

Presentación en Zaragoza de "Concierzo de Viento" de Marcos Callau




El pasado 28 de noviembre se ha presentado en el Café Botánico de Zaragoza el último libro de Marcos Callau "Concierzo de viento". En la presentación el autor estuvo acompañado del poeta Miguel Angel Yusta, que ha prologado el libro.
fotografías de Ana V. Campos.

Después, para delicia del público asistente, tuvo lugar un recital de poemas del libro que fueron leídos por Fran Picón, Fernando Sarría, María Jose Pellejero y Javier Castan, todos ellos muy aplaudidos.


Y no podía faltar la firma de ejemplares por el poeta.


Unas palabras sobre "Concierzo de viento":

"Concierzo de viento (12 poemas + 1 vendaval)" es una selección de 19 poemas líricos, de todo lo que el cierzo nos roba, de todo lo que el cierzo nos entrega. Así como podemos observar las ondas del sonido en "El grito" de Munch, en las ciudades como Zaragoza, el viento también es protagonista de nuestros días, como un personaje más. De estos versos, el viento también es parte importante, indivisible. Los poemas urbanos que componen este libro no solo están ambientados en Zaragoza. También aparecen aquí ciudades como Barcelona, Madrid y el pirineo aragonés, representado con la ciudad de Jaca. 

Podéis saber más sobre el desarrollo del acto en: http://aventarte.wordpress.com/2013/11/30/concierzo-de-viento-12-poemas-1-vendaval/ o en la página web de su autorhttp://marcoscallau.tk/

Desde este espacio queremos felicitar a Marcos por este libro, al que invitamos a visitarnos en nuestras tertulias para compartir folios. Le deseamos una larga andadura con su nueva obra y esperamos que la pueda presentar en Madrid para asistir y felicitarle personalmente. 


sábado, 30 de noviembre de 2013

"LA LUZ QUE CALLA". Pedro Tenorio Matanzos





El martes 26 de noviembre, a las 19:30 h. se presentó en la Biblioteca “José Hierro” de Talavera, el poemario "La luz se calla" de Pedro Tenorio, con gran éxito de asistencia. 
El libro nace, como manifestó su autor antes de la presentación «después de muchos años de estar callado», tiempo tras el cual ha sentido la necesidad de expresarse. «Me ha costado, ha sido un parto de cinco años«
Este nuevo poemario, un libro cargado de sentimientos,  como el propio autor define, es «un canto de dolor» por la muerte de su hijo. «Es un libro elegíaco», recalcaba en la entrevista que le hicieron a Tenorio, quien recuerda la diferencia de su obra anterior, ‘Muertos para una exposición’, que pretendía ser un libro alejado de todo sentimentalismo.
A pesar de ello, asegura que, como en cualquier otro poemario, se trata de «ficción» y de «adornos retóricos» que le han servido «para digerir un mal trago».

El poemario será también presentado próximamente en Madrid, y os informaremos puntualmente de la cita, por si queréis asistir.

El nuevo libro de Pedro Tenorio se puede adquirir ya a través de la página web de la editorial La Discreta. Asimismo, los interesados se pueden asociar a esta firma editorial, que distribuye a sus socios de manera gratuita los ejemplares que publica cada año.

El libro, prologado por el poeta Alfredo J. Ramos va acompañado de un CD del músico Luis Martín (de Lobos Negros), que ha compuesto un tema basado en el poemario.

Además del prologuista y del músico, acompañaron al poeta en la presentación la directora de la Biblioteca, Adoración Manzano, y el editor de La discreta, el profesor y poeta Santiago López Navia.
El próximo año se presentará el libro en Madrid, y os informaremos con tiempo para que podáis asistir.


Desde este espacio queremos felicitar por este poemario a Pedro Tenorio Matanzos, que obtuvo una mención de honor en el I Certamen de Poesía "Poeta Juan Calderón Matador", por su poema "El llanto de la Luz", y le deseamos que el mismo tenga gran éxito y difusión.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Reseñas literarias de Javier Úbeda Ibañez


El escritor y poeta Javier Úbeda Ibañez nos ha enviado unas interesantes reseñas literarias, que podréis ir leyendo en este espacio. Le agradecemos sus aportaciones y colaboración con este blog.



* Javier Úbeda Ibáñez, escritor y miembro de REMES (Red mundial de escritores en español).

Nació en Jatiel (Teruel, España), en 1952. Reside actualmente en Zaragoza (España). 


Es autor del libro de relatos breves y poemas Senderos de palabras y de los cuentos Daniel no quiere hacerse mayor y La Elegida.

Ha publicado numerosos artículos de opinión tanto en prensa digital como en prensa escrita. En este sentido, algunos de los títulos más significativos hasta ahora han sido: “La educación: significado y objetivos”; “Paternidad responsable y responsabilidad educativa”; “La función educativa del Estado”; “La valoración del conformismo ambiental”; “Reflexiones sobre la democracia”; “Libertad y responsabilidad en la información”; “La iniciativa privada” o “Reflexiones sobre la libertad”.

También ha escrito numerosas reseñas literarias, y relatos cortos y poemas, que han ido viendo la luz en revistas de la talla de Almiar, Ariadna-RC, Fábula (Universidad de La Rioja, España), Gaceta Virtual (Argentina), Grupo Literaturas, Horizonte de Letras, La Sombra (de lo que fuimos), Letralia (Venezuela), Letras (Málaga, España), Letras en el andén (Argentina), Letras Uruguay (Uruguay), Literarte (Argentina), Luke, Magazine Siglo XXI, Narrador, Palabras Diversas, Pluma y Tintero o Poeta (Argentina), entre otras muchas.


Correo electrónico: j_ubedai@hotmail.com


jueves, 10 de octubre de 2013



Esta novela ha sido Premio Planeta 2012. En ella su autor nos introduce en la investigación del asesinato de un guardia civil retirado, que se encarga de llevar a cabo el brigada Bevilacqua, amigo y discípulo de la victima. El brigada se traslada desde Madrid con su equipo al lugar donde se ha encontrado el cadáver, para intentar esclarecer los hechos, pero las pistas les llevan a Cataluña donde se desarrolla la mayoría de la novela. La investigación se va complicando abriendo otras líneas y se mezclan con los manejos de policías corruptos y delincuentes y gente sin escrúpulos.
Una novela muy actual que desde las primeras páginas consigue captar la atención del lector y le absorbe hasta sumergirle de lleno en la trama.
Con unos personajes bien definidos, interesantes y con un pasado por resolver. Plantea el autor de forma magistral las dudas morales de los protagonistas, y  las consecuencias de las decisiones equivocadas.
Una novela policíaca muy recomendable en la que queda patente que Lorenzo Silva es un maestro en este género, y que sabe tejer una complicada trama con las palabras precisas, de la mano de personajes sólidos, para conducirnos por senderos oscuros y caminos sinuosos, hasta llegar al final de la obra.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Reseña literaria de Javier Úbeda Ibáñez


Bartleby, el escribiente

                                                                                                
Autor: Herman Melville
Edición y traducción: Eulalia Piñero
Editorial: Espasa Calpe
Colección: Austral Narrativa
Diseño de cubierta: Joaquín Gallego
Depósito legal: M. 22.372-2007ISBN: 978-84-670-2586-6
Páginas: 110




Herman Melville (Nueva York, 1819-1891). Este escritor, considerado uno de los novelistas más importantes de la literatura estadounidense, nació en el seno de una familia acomodada. No obstante, pudo disfrutar poco de esta bonanza económica, ya que su desarrollo personal coincidió justo con la quiebra financiera de sus progenitores y la muerte de su padre acaecida en 1832. Esta serie de infortunios le obligaron a desempeñar diversos trabajos: a la edad de 12 años, por ejemplo, trabajó como copista en el Banco Estatal de Nueva York (experiencia que sin duda le valdría a la hora de crear este relato breve que hoy nos ocupa de Bartleby, el escribiente), y también desempeñaría otros oficios variopintos como granjero, oficinista o maestro. No obstante, un espíritu inquieto como era el suyo hizo que en 1841 se enrolara en el barco ballenero “Acushnet”, que partía con destino a los mares del Sur. Su experiencia como marino sería la base de su primera novela Typee (1846), que narra su estancia en las islas Marquesas con descripciones pormenorizadas de aquel bello lugar y sus habitantes, y que introduce ya un tono revisionista acerca del concepto del “Salvaje” en la línea del “buen salvaje” de Rousseau, dado que siempre intentará mostrar las similitudes que él mismo comparte con aquellos habitantes de la Polinesia, y, por otra parte, aprovechará para introducir comentarios acerca de la crueldad de las avanzadas civilizaciones occidentales siempre que pueda.

Su primera novela gozó de buena acogida por un público que se mostraba deseoso de conocer nuevas culturas, esto hizo que el autor siguiera en esta misma línea al escribir su segunda novela, ambientada esta vez en Tahití: Amoo: narración de las aventuras de los mares del Sur (1847), que lo confirmaría en sus grandes dotes como narrador.

Por otra parte, su experiencia en 1843 como arponero a bordo del ballenero “Charles and Henry” será plasmada en su novela Chaqueta blanca (1850), y, cómo no, será el sustrato de una de las más famosas y conocidas de sus novelas, toda una alegoría sobre el Mal, nos referimos a: Moby Dick (1851). Con esta obra y también con la anterior, Mardi (1849), Melville se introduce en el estudio de la naturaleza humana y en la indagación de los conceptos del bien y del mal, algo que no dejará de ser una constante ya en toda su obra, y que tendrá también un aspecto crucial en Bartleby, el escribiente, la obra de la que hablaremos ahora con más profundidad.

Otras novelas, pero ya consideradas menores por la crítica, son: Pierre (1852); The Piazza Thales (1856); The Confidence-Man: His Masquerade (1857); aparte nos dejó en el género de la poesía: Batle-Pieces and Aspects of the War (1866) o Clarel: A Poem and Pilmigrage in the Holy Land (1876). Por último, solo nos quedaría por decir que después de su muerte aún se descubrió un texto inédito suyo: el manuscrito de su relato Billy Bud.

Respecto a Bartleby, el escribiente, se pueden decir muchas cosas, ya que es mucho lo que aporta no sólo al panorama literario sino también al filosófico e intelectual de su época y también de las posteriores.

Comenzaremos diciendo que este cuento se publicó de forma anónima en dos entregas: una tuvo lugar el 1 de noviembre, y la otra el 2 de diciembre de 1853 en la revista Putnam’s Monthly Magazine, consiguiendo enseguida un reconocimiento unánime de crítica y público. Con posterioridad pasaría a formar parte de su libro The Piazza Tales (1856). Y ya más cerca de nuestra época esta pieza sería adaptada al cine por Crispin Glover en el año 2001.

La importancia de este texto estriba sobre todo en su carácter enigmático, ambiguo, nihilista, ya que está considerado como un digno precursor de dos tendencias posteriores: la literatura existencialista (recordemos si no la frase “Me es indiferente” del protagonista de El extranjero de Albert Camus) y de la literatura del absurdo (con obras de la relevancia de la pieza teatral Esperando a Godot de Samuel Beckett). También podríamos definirlo como un texto nulo o vacío (inscrito también dentro de los escritores llamados del no o de los artistas del silencio), puesto que es capaz de crear un espacio vacío que el lector ha de llenar con sus propios pensamientos e interpretaciones. Y este es uno de sus grandes logros.

Para ello, todo es sencillo, una estructura sencilla, una trama sencilla, y en general pocos datos, solo los suficientes y necesarios para que nos situemos en la historia, espacialmente, en una oficina de Wall Street en la que cada trabajador desempeña su labor en una especie de cubículo, y en la que Bartleby no tiene ni siquiera vistas ya que su ventana da a una pared de ladrillos; temporalmente, tenemos una mirada retrospectiva del narrador y un espacio temporal relativamente corto, el escaso tiempo en que Bartleby trabajó en su despacho, y luego, pocos datos más, de hecho, no sabemos ni el nombre del abogado ni el nombre de verdad de sus tres empleados, ya que el abogado los identifica mediante tres simples apodos relacionados con la comida: Turkey (pavo); Nippers (tenazas) y Ginger Nut (nuez de jengibre). Aquí tenemos ya quizá una llamada de atención del autor que nos quiere hacer ver que el protagonista y, en general, la sociedad solo se preocupa de cubrir las necesidades básicas y a veces ni eso como son comer y beber; en cuanto al protagonista nos dice el narrador que solo se alimenta de bizcochos de jengibre, queso y migas… al estilo quizá de los ratoncitos con los que guarda cierta similitud también cuando corre a refugiarse en su cubículo de trabajo ante cualquier problema.

La atmósfera que consigue crear con todo esto el autor es enrarecida, agobiante, de desesperanza total, y consigue transmitirnos verdadero desasosiego y malestar, aunque a veces se encuentre suavizado o tamizado con alguna pincelada humorística como cuando tanto el abogado como sus empleados empiezan a utilizar todos con mayor frecuencia el verbo “Preferir” por contagio con Bartleby, que está continuamente utilizándolo en su famosa frase “Preferiría no hacerlo”.

Se trata de un estudio perturbador e inquietante sobre la conducta humana que tiene pendiente en todo momento al lector que asiste atónito a este pulso que se produce entre un jefe mediocre (al que solo le preocupa haber alcanzado cierta posición social) y un empleado también mediocre, perfectos ambos para mostrarnos hasta qué altas cotas de incomprensión, incomunicación y alienación se puede llegar en una sociedad excesivamente mecanizada y deshumanizada como era la del autor y que también supo criticar la película de Tiempos Modernos de Charles Chaplin, pero que sería perfectamente extrapolable también a la nuestra.

Tampoco podrá dejarse de preguntar quien lee, como lo hace el protagonista, cómo uno podría llegar hasta ese punto… en principio, se podría pensar que por rebeldía o arrogancia o que era una medida de resistencia pasiva… pero, como ya hemos visto, es más bien todo lo contrario, ya que en Bartleby hay una falta evidente de objetivos e interés, un darle todo igual, un vacío de voluntad que nos llega algunos momentos a exasperar y otros a conmover o a dar pena, el abogado nos dice al final del libro que le ha llegado un rumor referente a Bartleby y es que antes de trabajar para él estuvo empleado en la Oficina de Cartas Muertas, era el responsable de clasificar aquellas cartas que no iban a llegar nunca a ningún destino porque sus destinatarios estaban muertos, con eso quizá está dicho ya todo.






domingo, 1 de septiembre de 2013

EDICIÓN DIGITAL DE "ANDRÉS EN EL MUSEO DEL PRADO" DE BEGOÑA DE ANTONIO




Nuestra compañera, Begoña Antonio Vallejo, acaba de publicar en edición digital "Andrés en el Museo del Prado". Es un cuento infantil, para niños de 7-8 años.

Andrés, un niño al que le gusta mucho pintar recorre con su madre varias salas del museo del Prado, donde ve cuadros de Velázquez y de Goya, fijándose en los que muestran personajes a caballo, que le llaman mucho la atención: Felipe IV, el príncipe Baltasar Carlos, el conde duque de Olivares, Carlos IV. 
Es una visita en la que Andrés aprende muchas cosas de estos personajes y algunos trucos para ser un buen pintor.  

En este enlace podréis leer el cuento, descargarlo y saber mucho más de esta historia  http://andresenelmuseo.wordpress.com/

Desde este espacio felicitamos a Begoña Antonio por el magnifico trabajo, le deseamos que el mismo tenga la máxima difusión y sean muchos los niños que disfruten leyéndolo o escuchando como se les cuenta "Andrés en el Museo del Prado".

jueves, 15 de agosto de 2013

RESEÑA LITERARIA de Javier Úbeda Ibáñez


RESEÑAS LITERARIAS de  Javier Úbeda Ibáñez

El lector 


Autor: Bernhard Schlink
Editorial: Anagrama / Panorama de narrativas
Traducción: Joan Parra Contreras
Título de la edición original: Der Vorleser
Diseño de la colección: Julio Vivas y Estudio A
Ilustración: Cartel de la película dirigida por Stephen Daldry y
distribuida por On Pictures
Depósito legal: B. 281-2009
ISBN: 978-84-339-0849-0
Páginas: 203

Bernhard Schlink (Bielefeld, 1944). Actualmente es profesor de leyes y juez en Alemania. Antes de escribir El lector, ya tenía en su haber cuatro novelas policíacas que habían gozado de buena aceptación por parte del público y de la crítica, y que habían sido merecedoras de varios premios.
Pero será con esta novela histórica, El lector, editada por primera vez en 1995, cuando este escritor alcance
una fama considerable, ya que esta historia pronto se convertiría en todo un best-seller en Alemania y en otros países gracias a las treinta traducciones que se realizaron de ella. Fue también la primera novela alemana en ocupar un primer puesto en la lista de los libros más vendidos que publica el New York Times. Además, fue incluida en el currícula universitaria de los cursos sobre literatura del holocausto. Y ha cosechado varios premios literarios como el premio Hans Fallada Prize; el premio Welt; el premio italiano Grinzane Cavour; el premio francés Laure Bataillon, y el premio Ehrengabe de la Dusseldorf Heinrich
Heine Society. Su libro posterior, publicado en el año 2000, Amores en fuga, una colección de cuentos, acabaría consolidando la carrera de este escritor y sus grandes dotes como narrador.

En el año 2008 la novela de El lector sería llevada al cine por Stephen Daldry (director de películas como Billy Elliot o Las horas), en el guión trabajarían de manera conjunta el propio autor del libro, Bernhard Schelink y también David Dare. Y la película sería interpretada por autores tan conocidos como Kate Winslet, Ralph Fiennes, Bruno Ganz y David Cross. El filme al igual que la novela en su día también alcanzaría un gran éxito y reconocimiento, de hecho, sería nominado a cinco premios de la Academia
(a mejor director, a mejor guión…), ganando finalmente Kate Winslet un oscar a la mejor actriz principal por su interpretación de Hanna Schmitz.

El punto de vista adoptado para relatarnos la historia es de corte semiautobiográfico (ya que guarda ciertos
paralelismos con la vida del propio autor de esta novela, Bernhard Schlink). El narrador y personaje principal dentro de la novela Michael Berg, abogado especializado en Historia del Derecho de Alemania, nos cuenta a través de la primera persona del presente de indicativo, aunque en realidad la historia pertenezca al pasado, la relación que mantuvo con su amante Hanna a lo largo de varios años de su vida y que le marcaron profundamente, y lo hace de una forma evocadora y nostálgica.

En cuanto al estilo, podemos decir sin temor a equivocarnos que esta obra está muy bien escrita, con una
prosa ágil, exacta, y con un lenguaje muy preciso y directo, ya que lo que le interesa, sobre todo, a Bernhard Schlink es que su mensaje sea lo más claro posible y nos llegue, y al hacerlo nos haga reflexionar sobre un tema de máxima importancia, el holocausto, y la culpa, la vergüenza y otros sentimientos ambivalentes que arrastran aún hoy los alemanes sobre su pasado nazi, de ahí que el argumento, el lenguaje… sean sencillos para asegurarse siempre de que sea así y la historia cale en todos nosotros.

Esta conmovedora historia se nos presenta estructurada en tres partes bien diferenciadas en cuanto a su contenido y en cuanto a su estilo. La primera parte abarca el comienzo, duración y finalización del idilio mantenido entre Michael y Hanna, y aquí el lenguaje es bello y el tono, para adecuarse al tema, más bien romántico. La segunda parte da un salto cronológico de siete años y en ella asistimos al juicio por crímenes de guerra contra Hanna y el resto de las carceleras, el lenguaje y el estilo, por tanto, se vuelven aquí más sobrios, asépticos e instrumentales. Y la tercera y última parte es el periodo en el que Hanna está en la cárcel y él, para acallar su mala conciencia, le graba casetes de libros y se los manda, y luego asistimos al desenlace final, poco antes de quedar en libertad Hanna se suicida y deja una nota en la que le pide que le dé todos sus ahorros a la única sobreviviente del campo de concentración, esta última parte está llena de sentimientos y reflexiones, por lo que tanto el lenguaje como el estilo se vuelven otra vez más hondos y emotivos.

Los personajes están muy bien trazados, son muy complejos y hay grandes dosis de introspección  psicológica en ellos y en su caracterización. El personaje mejor creado es sin duda Hanna por el que el protagonista siente una especie de amor-odio, seguido del propio Michael. Y es que a Hanna, por un lado, se la está juzgando por ser una criminal de guerra, pero, por otro, también es una pobre mujer víctima de sus circunstancias personales y de un hecho clave y decisivo en la historia: su analfabetismo. Pero también es cierto que Michael ha estado enamorado de ella, y por eso se verá inundado por una avalancha de sentimientos contradictorios y ambivalentes que tendrá que asumir.

La relación entre ambos personajes (uno perteneciente a la generación de la guerra y otro a nuestros días)
será la excusa perfecta para abordar desde todos los ángulos posibles un gran tema y a la vez todo un
dilema moral: los sentimientos de culpa, angustia, odio y sobre todo vergüenza que arrastra la generación de la posguerra, poniendo de manifiesto el trauma que para las generaciones posteriores supuso y aún supone el
holocausto. Michael Berg forma parte de esta generación avergonzada de ser descendientes directos de tantos que, de una forma u otra, colaboraron con el genocidio o, simplemente, lo permitieron o no hicieron nada. En El lector esto no es un detalle más, sino que cobra máxima importancia y sobre el que gira toda la historia y sobre el se construyen todos y cada uno de los personajes, con el fin de poner sobre el tapete una serie de cuestiones y preguntas de no fácil respuesta aún hoy en día como la culpa individual, la colectiva o el perdón.

viernes, 12 de julio de 2013

HISTORIAS DE POLÍTICA Y FICCIÓN



 Bajo este título son dos las historias que nos ofrece el autor. 
La guerra civil de fondo, juega un papel importante en la vida de los protagonistas de estas narraciones, en una España democrática. El detective Pepe Carvalho tiene que investigar la muerte de un anciano en un asilo castellano, olvidado y triste en "La guerra civil no ha terminado" y  la de otro señor de buena familia, que vive en el seno de una familia movida por intereses económicos, en "Aquel 23 de febrero" y nos muestra una triste realidad a la que todos hemos podido acercarnos.
Son dos historias que tienen en común la venganza y un punto de crueldad, que nos recuerdan un tiempo no muy lejano que sigue vivo en la memoria de sus protagonistas.
Muy interesantes, de fácil lectura, breves y entretenidas. Carvalho en estado puro.

lunes, 1 de julio de 2013

UNA CHICA CUALQUIERA

Arthur Miller.




Es una novela corta muy recomendada. Entretenida y con escenas eróticas. Trata sobre un tema bastante común enfocado de un modo diferente. La chica es Janice, y  el  autor nos cuenta su vida y sus relaciones con los hombres, y sobre todo su reflexión sobre "tomar lo que se nos ofrece, pedirlo si no se nos ofrece y nunca lamentar nada". Es una mujer que se ve reflejada en los ojos de los demás, hasta que encuentra un verdadero espejo sobre el que mirarse y verse como realmente es. Es muy entretenida, te engancha y se lee bien. Muy recomendable.

lunes, 24 de junio de 2013

    Hemos recibido esta información, y creemos que puede interesaros.


Se encuentra disponible gratuitamente desde febrero de 2013 para ser leída, impresa o incorporada a bibliotecas virtuales, la segunda edición (corregida) electrónica en PDF y en versión FLIP (Libro Flash) del poemario “Corona de Calor” de Rolando Revagliatti. Hemos agregado links recíprocos (de ida y vuelta desde el índice a los poemas  y viceversa) para una navegación más cómoda por el documento. El epílogo es de María García, incluyéndose también el poema que concibiera Carlos Cúccaro a partir de la edición soporte papel de “Corona de Calor”. El diseño integral y la diagramación es de Patricia L. Boero.
Puede descargarse en:       http://www.revagliatti.com.ar/corona-e.htm

viernes, 24 de mayo de 2013

LO INEVITABLE DEL AMOR. Nuria Roca y Juan del Val




Su protagonista, María, es una brillante arquitecto, con uno de los estudios más prestigiosos del país; inteligente, atractiva, casada con un hombre encantador, con el que tiene dos hijas. Toda su vida parece maravillosa y perfecta, pero no es así. Poco a poco se ve el trasfondo que arrastra desde su niñez, que aflora debido a una serie de circunstancias que hacen tambalearse toda su vida. 

Es una novela que con buen ritmo, que nos cuenta de forma divertida y amena una historia diferente, en la que pasan muchas cosas y todo parece desmoronarse. Sus personajes tienen un punto de originalidad y algo en su personalidad que nos recuerda a alguien conocido.  Sus páginas están llenas de intriga, sexo y amor. Te la recomiendo, si buscas una lectura entretenida, ésta te hará pasar buenos ratos.

sábado, 11 de mayo de 2013

Reseña literaria de Javier Úbeda Ibáñez




El camino

Autor: Miguel DelibesEditorial: DestinoGénero: Narrativa española contemporáneaFotografía de cubierta: Paul Cézanne “Zanja de la montaña Santa Victoria”Depósito legal: M. 15.508-2010ISBN: 978-84-233-3633-3Páginas: 199Quinta impresión en este formato: Abril 2010


Miguel Delibes (Valladolid, 1920-2010) es uno de los autores más relevantes de la literatura española contemporánea, se dio a conocer como novelista con La sombra del ciprés es alargada con la que ganó el premio Nadal en 1947. Entre su vasta obra figuran títulos conocidos por todos como Mi idolatrado hijo Sisí, El camino, Las ratas, Cinco horas con Mario, Las guerras de nuestros antepasados, Los santos inocentes, Señora de rojo sobre fondo gris o El hereje.

Algunas de estas obras han sido adaptadas al cine o al teatro con mucho éxito y están en la mente de todos nosotros, como es el caso de Cinco horas con Mario, cuya versión teatral en 1979 fue protagonizada por la actriz vallisoletana Lola Herrera o Los santos inocentes cuya adaptación cinematográfica corrió a cargo de Mario Camús y por la que recibieron los actores de la película, Alfredo Landa y Francisco Rabal, el premio a la interpretación en el Festival de Cannes. De la novela El camino también tenemos una película, de hecho, fue la primera de sus obras que se llevó al cine, lo hizo Ana Mariscal en 1964, y aparte también se rodaron para televisión una serie de cinco episodios dirigidos por Josefina Molina que fueron emitidos en Televisión Española en 1978. Otras adaptaciones al cine de algunas de sus mejores novelas fueron: Retrato de familia (adaptación de Mi idolatrado hijo Sisí), 1976; La guerra de papá (adaptación de El príncipe destronado) en 1977; El disputado voto del señor Cayo en 1986; El tesoro en 1988; La sombra del ciprés es alargada, en 1990; Las ratas en 1996 y Una pareja perfecta (adaptación de Diario de un jubilado) en 1998.

Delibes ha recibido los más prestigiosos galardones como lo demuestra la siguiente enumeración: el Premio Nacional de Literatura (1955), el Premio de la Crítica (1962), el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, ex aequo con Gonzalo Torrente Ballester (1982), el Premio Nacional de las Letras (1991) y el Premio Cervantes de Literatura (1993). En el año 1973 fue nombrado miembro de la Real Academia Española ocupando el sillón “e” minúscula.

Otros reconocimientos que podríamos mencionar son los siguientes: en 1983 fue investido Doctor honoris causa por la Universidad de Valladolid y en 1984, justo un año más tarde, la Junta de Castilla y León le concedió el Premio de las Letras. Y en 1987 también fue investido Doctor honoris causa, pero esta vez por la Universidad Complutense de Madrid. Y su última gran novela, El hereje, que es todo un homenaje a Valladolid, se publicó en 1998, recibiendo por ella el Premio Nacional de Narrativa y este alegato a favor de la conciencia está considerado hoy en día como la más ambiciosa de sus novelas e incluso su obra cumbre.

El camino es su tercera novela. Se publicó en 1950 y supuso su consagración definitiva como escritor. Asistimos a un libro iniciático (o de iniciación a la vida), en el que vemos cómo un niño va dejando atrás la infancia y se despide así de una etapa cuyo encanto y fascinación acabamos comprendiendo quizá cuando ya es demasiado tarde y se nos ha escapado entre los dedos. Y también es un libro iniciático en el sentido de que el protagonista tiene que dejar su pueblo, un mundo conocido, para enfrentarse al mundo desconocido de la ciudad donde tendrá que empezar, prácticamente, de cero.

Uno de los grandes hallazgos de este libro es la consecución de un estilo narrativo fresco y directo que podemos apreciar sobre todo en los diálogos entre los niños combinado de forma inteligente con otro estilo un poco más depurado que es el que predomina en las descripciones dotándolas de un fino lirismo y humor exentos de grandilocuencias. Una forma de escribir, en general, que apuesta por la sencillez, la naturalidad y la autenticidad tanto en la forma (lenguaje sencillo) como en el contenido (una historia cotidiana), todo esto le confiere un ritmo ágil a toda la novela y la convierte por ende en una obra muy amena y fácil de leer.

Además, el cultivo del lenguaje coloquial se ajusta bien al discurso y devenir cotidiano del pueblo. Y consideramos que la descripción es otra gran baza de esta obra, con un enfoque realista y un tono elegiaco nos muestra la vida austera y muchas veces mísera de las gentes de Castilla en los años de la posguerra, y es que también hay algo de novela social, de realismo social y de crítica al retratar tan bien y claramente a la sociedad de la posguerra como volverá a hacer más tarde en otras de sus muchas novelas o como harán también otros grandes maestros contemporáneos, por ejemplo, Camilo José Cela en La colmena.

El protagonista principal de toda esta historia es Daniel, el Mochuelo, hijo de los queseros del pueblo. Un niño inteligente y sensible al que han apodado, el Mochuelo, porque posee unos ojos verdes grandes y redondos, y siempre está con la mirada muy atenta observándolo todo como con miedo, y dado que Daniel es un poco tímido y callado se siente muy a gusto rodeado de sus inseparables amigos: Roque, el Moñigo y Germán, el Tiñoso, que son los otros indudables protagonistas de esta historia. Porque Roque al contrario que Daniel es valiente y posee un carácter fuerte y físicamente es alto y corpulento mientras que Daniel en este último aspecto es más bien normalito. Germán, en cambio será el más debilucho de los tres, cojea, tiene calvas, de ahí le viene el mote de “el Tiñoso”, puesto que como le encantaba jugar con los pájaros dicen que estos le pegaron las calvas, no obstante, por lo demás es un muchacho inteligente y perseverante. Con ellos descubriremos que Delibes es todo un creador de personajes, y después de leer esta emotiva narración tampoco podremos olvidar al resto de personajes que acompañan a Daniel en su camino, nunca mejor dicho, y que el autor logra dibujar a la perfección ahondando con pinceladas vívidas y certeras en sus caracteres, nos referimos, entre otros, a: Don Moisés (el maestro); Las hermanas Irene y Lola, conocidas como las Gindillas (las tenderas del pueblo); Paco, el Herrero; Quino, El Manco (el tabernero)…

Respecto al espacio, toda la acción transcurre en un pueblo de la meseta castellana, por lo que conoceremos bien la iglesia de don José; la escuela de don Moisés; la taberna del Manco; el huerto de Lucas, el Mutilado, donde robarán unas manzanas los niños en una de sus correrías, la poza del Inglés, donde los niños acostumbraban a bañarse y matar culebras; precisamente, justo al final del libro, Germán, el Tiñoso, pondrá una nota amarga al resbalar en este juego y desnucarse, falleciendo poco antes de la partida de Daniel y provocando con ello que la marcha de Daniel se haga aún más difícil. Y, respecto al tiempo, la narración abarca toda una noche, por ello será el pasado el tiempo verbal que domine en todo momento. Y el punto de vista adoptado será uno de los que más juego da: la tercera persona, bien Daniel o bien un narrador omnisciente serán los encargados de contárnoslo todo.

Por otra parte, al leer esta obra nos sumergiremos de lleno en la naturaleza de la mano de Delibes, ya que El camino es todo un cántico y alegato en favor de la naturaleza en clara contraposición al mundo de la ciudad, la vida en el campo representa lo positivo: lo natural, lo sano… no en vano Delibes se definía a sí mismo como “el cazador que escribía” porque le encantaba el campo y era muy aficionado a la caza y a la pesca, de hecho algunas de sus novelas más destacadas están ambientadas en el medio rural desempeñando este, además, un papel fundamental como ocurre por ejemplo en Las ratas, Los santos inocentes o El camino. Y muchas veces esto iba unido a un gran realismo social denunciando las injusticias, el atraso, el caciquismo… que sufría, sobre todo, el campo castellano en la etapa dura y difícil de la posguerra.

Recapitulando, un gran tema central: la infancia y la amistad entre los niños, la gran camaradería que surge entre los tres amigos, ya que este libro consigue retratar nítidamente a un niño de once años en un momento clave de su vida cuando deja de ser ya un niño para convertirse en un hombre. La historia se nos presenta con una estructura circular comienza con Daniel que tiene que irse a estudiar a la ciudad y termina cuando, por fin, se marcha a estudiar a la ciudad. El argumento es simple y está contado de una manera sencilla. Toda la narración aparece en tercera persona a través de la voz de Daniel y a veces esta voz se alterna con la de un narrador omnisciente también en tercera persona, que como buen narrador omnisciente lo sabe todo.

Y, por último, solo nos quedaría por señalar que lo más importante es que, desde lo particular, desde esta pequeña, sencilla y podríamos llegar a pensar que hasta insignificante trama, y entonces estaríamos equivocándonos, dada la magia de la literatura que solo logran alcanzar los grandes autores de todos los tiempos, la historia cala, trasciende, ahonda en nuestros espíritus y alcanza la universalidad, pese a que el tiempo pase y los lectores cada vez sean distintos El camino será siempre El camino.