Novela única, especial, paradigmática, necesaria, contradictoria, excelentemente escrita, que te atrapa pero que a la vez también rechazas, machista, misógina, delirante, excitante, poco convencional y por ello atrayente, alucinatoria y alucinante, con un final previsible pero después de las seiscientas páginas ya todo te da igual, reflexiva, trascendente, intrascendente, contradictoria, obsesiva, jamás amable pero sí brillante, sorprendente, moderna en su discurso, pero clásica en su desarrollo, algunos la comparan con el Quijote por sus personajes al borde o no tan al borde de la locura.
Con reflexiones eruditas de un caótico personaje-libro (Peter Kien), que vive por los libros siendo un sinólogo reconocido que construye una biblioteca que a veces porta sobre su cabeza, y se relaciona con otros personajes de igual o peor catadura: el engañoso jorobado, el hermano psiquiatra, el portero cruel y sanguinario y sobre todo Teresa, la mujer limpia, iletrada, sin un asomo de ternura ni de feminidad ni de amor en su esencia, preocupada por el dinero, por el tener, por la falsedad, por su falda azul almidonada y rígida, de la que él huye y necesita liberarse. Libro terriblemente cruel, incómodo, donde se tortura y se pega, que refleja una realidad no existente más que en la cabeza enfermiza del autor, pero que engancha.
Original hasta decir basta, inteligente, delirante, crítica, compleja, terrorífica y terrible. Única novela que el escritor judío y Premio Nóbel 1981, Elías Canetti (1905-1994) escribió en su vida, además de otros ensayos. Inclasificable y llena de alucinaciones. Recomendable.
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