domingo, 30 de enero de 2011

"EXTRAÑA FORMA DE VIDA" de Enrique Vila Matas



Extraña forma de vida
Enrique Vila Matas

Dicen que los escritores se vuelven espías para encontrar temas sobre los que escribir. Y los ves merodeando bajo tu portal, escuchando conversaciones en cualquier autobús o en esas cafeterías rancias, de tortitas con nata, donde algunas mujeres de mediana edad se reúnen para tomar el té mientras se cuentan absurdas historias de lo que nunca fueron. Porque la realidad casi siempre supera la ficción.

Ser espía es algo que he practicado desde pequeña, cuando no sabía casi ni escribir, y por eso entiendo a Vila-Matas cuando nos cuenta en su narración de un solo día, un día especial que transcurre veloz, pero por otro lado tan vulgar como todos los días, aunque la diferencia radica en que tiene que decidirse entre las dos hermanas a las que quiere de diferente manera y a las que no quisiera, de ningún modo, perder. Una de ellas, le quiere para toda la vida, y la otra -sólo los jueves- si acaso. Y en esta diatriba se encuentra, intentando hilvanar el texto de una conferencia a la que va asistir una de ellas (la mala, digamos), para que a través de sus palabras de conferenciante decirle que la ama, pero todo es tan confuso que se va complicando y perdiendo en historias paralelas (literatura dentro de la literatura) en las que recuerda a su padre (siempre el padre), en las que habla de su hijo (siempre los hijos), y en las que se lía, entre otras cosas, a tortazos con el barbero que le rasura y le corta el pelo (¡ay los peluqueros!) por facha y por canalla... Y las historias se entremezclan ese día que no acaba más que como empezó, con una sonrisa cómplice, eso sí, por parte del lector, al darse cuenta que han estado espiándose mutuamente (escritor y lector) y sabe el segundo que al primero le gusta contar historias, lo mismo que a él, que disfruta espiando e imaginando, e introduciéndose en la vida de los otros sin que se den cuenta, disfrazándose como en las películas, con gabardina y gafas negras, como si fuera de incógnito...

Genial Vila Matas. Los escritores espías con ese talante humorístico y levemente irónico, te introducen en un mundo de ficción-realidad, del que es difícil salir. Por eso, por escribir con mayúsculas, Vila-Mata es grande. No os lo perdáis. Abro al azar la novela y copio un párrafo:

“Jugar y espiar siempre fueron actividades, junto a la de escribir, muy parecidas y en verdad de las más excitantes que existen en esta vida. Eso andaba diciéndome yo aquel día bajando por la calle Durban cuando de pronto caí en la cuenta de que en realidad no estaba en modo alguno dispuesto a jugarme la vida, a jugarme la vida por ella, por Rosita. No la quería a ella, sólo la deseaba.”

Cristina García-Rosales
(ESPACIO ESPACIOSO / http://nochesininsomnio.blogspot.com)
 

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